El pasado 19 de noviembre FAPAR emitía
una nota valorando el inicio del proceso de participación en las recién
constituidas y aplaudidas mesas de participación de las familias, en el
que se abordaba la posibilidad de permitir a los centros, en el uso de
su autonomía, la implantación de Proyectos educativos de organización de
sus tiempos escolares.
Si el planteamiento hecho en estas mesas
hubiera sido el cambio de jornada, nosotros hubiéramos señalado que
seguimos considerando que el modelo de jornada partida responde mejor a
las necesidades del alumnado y sus familias y, en general, a un modelo
de escuela participativa que creemos y por el que trabajamos. Sin
embargo, hemos hablado de introducir mejoras en nuestro sistema
educativo a través de cambios metodológicos que, con un nuevo modelo de
organización de los tiempos escolares y garantizando programas y
servicios actuales, permitiera emprender nuevas acciones innovadoras.
El camino recorrido en estos dos meses
de reuniones, aportaciones y participación ha sido intenso. Somos
conscientes de que en este proceso las familias y -como legítima
representante de las de la Escuela Pública- FAPAR no somos el único
protagonista y, por ello, nuestro espíritu y disposición ha sido siempre
el de llegar a acuerdos y trabajar por mejorar.
Conocido el documento que ayer,
finalmente consensuó la Administración con los sindicatos, sentimos
sorpresa y preocupación por cuanto varias de las cuestiones debatidas,
acordadas y recogidas en anteriores documentos se han modificado.
- Nos sorprende que, tal y como se nos ha estado reiterado que el
inicio de este procedimiento obedecía a una demanda mayoritaria de las
familias, y tratándose de un cambio sustancial que afecta principalmente
a las mismas, se haya ido rebajando considerablemente el porcentaje
necesario de estas para decidir sobre el cambio o no. No podemos
entenderlo de otra manera que lo que en realidad se perseguía era un
acceso fácil al cambio. Desde FAPAR entendemos que debe exigirse el
mismo porcentaje que en el caso del claustro y del consejo escolar, es
decir 2/3 partes del censo.
- Nos sorprende que, habiendo acordado que las votaciones las pudieran
realizar el padre y la madre o el representante legal, se haya pasado a
considerarse un único voto por familia, rebajando de esta manera
también las condiciones del cambio, y provocando problemas entre parejas
separadas que puedan tener distinto punto de vista.
- Nos preocupa que, habiendo consensuado en anteriores documentos que
el periodo lectivo semanal sería de 25 horas, incluyendo los recreos de
30 minutos, se pase a que estos sean de 40 minutos en primaria, lo que
supone una pérdida del tiempo destinado a asignaturas de una hora
semanal.
- Nos preocupa que no haya docentes por la tarde en los centros
después del periodo de comedor como hay, por ejemplo, en el modelo
navarro, modelo que ha servido de referente para otros aspectos. Este
hecho haría que se garantice en el futuro más próximo la continuidad de
la apertura de los centros por las tardes. Nos preocupa así mismo, que
la presencia de este profesorado se contemple en el periodo de comedor,
solapándose con los proyectos educativos de las monitoras y monitores de
comedor y detrayéndose del periodo lectivo de las mañanas, que
redundará en perjuicio del alumnado.
Por todo ello, desde FAPAR seguiremos
trabajando en la mejora de esta normativa a través del Consejo Escolar
de Aragón , órgano de consulta que ya ha remitido el documento para que
sea informado, y seguiremos confiando en que los cambios que se puedan
producir en la organización de los centros no se conviertan
exclusivamente en comprimir el horario lectivo al alumnado, ni en que el
profesorado tenga las tardes libres, ni siquiera en que las familias
tengan garantizada la apertura del centro para facilitarles su
conciliación laboral y familiar, sino que se aproveche la tan demandada
autonomía de centros -que les va a posibilitar elegir su modelo
educativo- para ponerla de verdad al servicio de la mejora de la
formación integral del alumnado.